Testimonio dramático de los desastres de la globalización
A 50 toneladas de filetes de blanco pescado por avión destino al Primer Mundo, casi nadie está libre de no haber comido alguna vez un pescado que se vende en las pescaderías como "mero". Los filetes de "mero" no son los de otra especie que la de la perca del Nilo protagonista de La pesadilla de Darwin. Cada uno de nosotros contribuimos comiendo filetes de "mero" a la realidad que se narra en esta paradoja mortal de la que
somos responsables. Este film, considerado el mejor documental europeo del 2004, empieza con la sombra
de gigantescos aviones atravesando el lago Victoria, el lago tropical más grande del mundo, -de 68.000 km2, dos veces la superficie de Cataluña. El ruido ensordecedor de los motores de los aviones de carga acompaña a los centenares de miles de pescadores que diariamente faenan entre redes las aguas del lago a la caza de la inmensa perca del Nilo. En los años 50 y casi clandestinamente, un funcionario colonial relacionado con el departamento de pesca, introdujo esta especie en el lago Victoria que resultó ser un gigantesco y voraz depredador. Pero La pesadilla de Darwin no termina aquí; la perca se ha convertido en la especie más capturada, impulsando el florecimiento de una industria privada de procesado y comercialización de filetes destinados, exclusivamente, a la exportación hacia mercados extranjeros. .Hubert Saupert deja hablar a los protagonistas del film. A través de miradas tuertas de impotencia de secadores de cabezas de perca, canciones de jóvenes tanzanesas prostitutas de pilotos comerciales y gritos de peleas entre niños de la calle por algo de arroz o de cola,
Saupert explica la desgarradora situación de 25 millones de personas que viven en los alrededores del lago, más de la mitad de las cuales se encuentra en situación de desnutrición. Mientras en un bar de pescadores la televisión recuenta los sacos de harina y arroz de donaciones de ayuda internacional que aterrizan para combatir las hambrunas que azotan el país, la exportación anual de perca entre los tres países que se reparten el lago Victoria (Uganda 43%, Tanzania 51% y Kenya 6%) asciende a los 72 millones de kg (datos del 2002). La comunidad local no se pueden permitir ni tan siquiera comprar el pescado que ellos mismos han pescado o que han ayudado procesar. Se limitan a consumir los desperdicios de la industria procesadora y las espinas.Esta cantidad de pescado que comemos en el Primer Mundo cubriría las necesidades básicas de proteina de una tercera parte de la población desnutrida de los alrededores del lago. No es hasta que el espectador está completamente inmerso en el brutal expolio de las comunidades a las orillas del lago Victoria que Sauper empieza a estirar el hilo de la sorpresa deplorable que nos depara la segunda mitad del film. Mientras un pescador mira a su hijo cómo con los brazos extendidos imita el ruido de un motor de avión, comenta que se sentiría orgulloso que su hijo fuera uno de esos pilotos que transportan pescado a Europa. “Y podría traer muchas cosas de Europa... Podría traer... cosas.” La mirada perdida y el silencio interrogante a modo de respuesta. Las respuestas esquivas de los pilotos comerciales de la antigua Unión Soviética cuando se les pregunta qué mercancía descargan cuando aterrizan hace temer lo peor. Diariamente recogen los últimos cargamentos de filetes y, a cambio, descargan otras "mercancías" que pueden estar destinadas a las innumerables guerras del área central del continente africano. El director argumenta que “es increible que allí donde un materia prima es descubierta, los habitantes de las comunidades locales mueren en la miseria, sus hijos se convierten en soldados y sus hijas en sirvientas o prostitutas.Después de centenares de años de esclavitud y colonialismo en África, la globalización de los mercados africanos es la tercera y más aniquiladora forma de humillación para la gente de este continente. La arrogancia de los países ricos hacia el Tercer mundo (que representan 3/4 partes de la humanidad) está creando incomnesurables peligros futuros para todos”. La pesadilla de Darwin es un film crudo, lleno de detalles y aderezado con una extraña mezcla de la resignación y la dignidad que destilan los protagonistas entrevistados, a los que el director consigue acercarse con asombrosa facilidad. Consigue estar lo suficientemente cerca de pilotos, políticos y propietarios de fábricas procesadoras de filetes para mostrarlos no como villanos sino simplemente como personas que intentan sobrevivir. Precisamente esto es lo que hace el visionado del film más revelador: permite experimentar la brutalidad de las injusticias desde múltiples ángulos con personas "normales", cercanas como protagonistas.


Curiosidades...

global con la campaña No te comas el mundo, una propuesta destinada a promover el reconocimiento de la deuda ecológica, la exigencia del derecho a la soberanía alimentaria de todos los ciudadanos y a desmontar los mitos creados sobre esta temática.La versión en DVD de esta película incluye el escalofriante documental sobre el conflicto en el Zaire a cargo de Hubert Sauper titulado Los Diarios de Kisangani.
-> La perca del Nilo todo un ejemplo de como se cambia en Africa alimento por miseria.
Desarrollo Sostenible:

1 comentario:
En la pelicula se muestra la vida de la gente del tercer mundo, la cantidad de gente que se dedica a pescar tantas toneladas de pescado para luego ser vendido a Europa y la mayoria de la poblacion no podian permitirse el comerlo porque era muy caro. El gas que desprendian las percas cuando estaban secandose es un gas amoniacal, el cual afectaba a las personas gravemente, en salud, etc.
Publicar un comentario